El nost谩lgico circo de Enrique Bunbury arrasa en un Sant Jordi a medias

Durante la temporada navide帽a, Barcelona se convierte en la capital del circo por excelencia. En los meses de diciembre y enero, hasta cuatro o cinco producciones pueden convivir en la ciudad y ocupan espacios tan emblem谩ticos como el Port Vell, el F貌rum e incluso el Palau Sant Jordi. Este jueves por la noche, el pabell贸n ol铆mpico se adelant贸 al calendario y recibi贸 un montaje muy especial que, inesperado hace unos a帽os, convenci贸 a una sala que, eso s铆, se qued贸 lejos del lleno.

El zaragozano Enrique Bunbury fue el culpable. El exl铆der de H茅roes del Silencio recal贸 en Montju茂c como parte de su gira Hurac谩n ambulante tour, en la que vuelve a contar con Hurac谩n Ambulante, la banda que le acompa帽贸 durante sus primeros a帽os en solitario y que, dos d茅cadas despu茅s, ha vuelto a reunir para ofrecer un show de dos horas muy nost谩lgico, con la mayor铆a de temas de sus primeros cuatro discos y con un toque muy circense, tanto en las melod铆as como en la escenograf铆a. 

20 a帽os despu茅s de su disoluci贸n, la banda interpret贸 temas como 'De mayor', 'El extranjero', '...Y al final' y 'Lady blue' 

Un gran tel贸n rojo presidi贸 el imponente escenario, a veces con una pantalla gigante visible que tambi茅n hac铆a de decorado, que primero recibi贸 a los m煤sicos para que interpretaran Otto e mezzo como tema de bienvenida y, a continuaci贸n, apareci贸 Bunbury con su inconfundible -y frondoso, a sus 58 a帽os- pelo rizado, sus gafas de sol y un traje y un chaleco rojos por si alguien ten铆a dudas de qui茅n era el gran protagonista de la noche. ”¡Benvinguts! El Hurac谩n Ambulante ha llegado a la ciudad de Barcelona”, dijo con un acento algo sudamericano. 

El club de los imposibles fue la canci贸n elegida para arrancar el recital y tuvo mucho sentido teniendo en cuenta que, hace solo unos a帽os, el concierto de esta noche parec铆a una utop铆a: en febrero del 2022, el cantante anunci贸 que se retiraba de los escenarios por problemas vocales. Sin embargo, meses m谩s tarde descubri贸 la causa de sus dificultades -el glicol, sustancia que se utiliza para generar humo como atrezo- y anunci贸 su regreso. El resultado: una gran recuperaci贸n vocal y nada de humo en sus recitales. 

El espect谩culo -nunca mejor dicho- continu贸 con letras como De mayor, El extranjero, Desmejorado y el c谩ntico a favor de las segundas oportunidades que es S贸lo si me perdonas, todas publicadas entre 1999 y el 2004 y con un sonido como si del Cirque du Soleil se tratara. 脷nicamente la cumbia de Te puedes a todo acostumbrar hizo desconectar a los presentes del mayor espect谩culo del mundo, con el que el artista tiene una relaci贸n especial: en el 2004, se embarc贸 en la gira Freak show en la que actu贸 en varias ciudades en una gran carpa. 

Con un montaje pensado al mil铆metro -el repertorio no vari贸 respecto a su pasado concierto en Madrid y tampoco se esperan grandes sorpresas este s谩bado en Zaragoza, las otras dos fechas espa帽olas- Bunbury demostr贸 sus dotes de gran letrista, tanto hace unos a帽os con El rescate y Que tengas suertecita -la frase que acostumbra a pronunciar cuando cierra sus conciertos- como ahora con Las chingadas ganas de llorar. 

Con Alaska y un Enrique Bunbury lanzando botellas de agua al p煤blico el registro cambi贸 y tambi茅n la narrativa del show, que cogi贸 un aire de grandes 茅xitos con S铆, S谩came de aqu铆 y la coreada Lady blue. Solo Apuesta por el rock 'n' roll fue un gui帽o a su pasada y exitosa etapa como l铆der de H茅roes del Silencio, y ni eso, pues es una versi贸n de un tema de M谩s Birras que, eso s铆, interpretaron en sus directos. 

Como buen espect谩culo circense, el concierto tambi茅n cont贸 con un entreacto que sirvi贸 de preludio del gran final.  Parecemos tontos arranc贸 un turno de bises que sigui贸 con la rumba flamenca de Serpiente, la versi贸n de El jinete del eterno mariachi Jos茅 Alfredo Jim茅nez, la sorpresa que signific贸 Canto (el mismo dolor) y, como 煤ltimo n煤mero, ...Y al final, la canci贸n que cierra Flamingos, su disco del 2002, y que, con su evoluci贸n de nana a otra melod铆a circense, puso el punto final a una noche en la que el Sant Jordi recibi贸 al nost谩lgico circo de Bunbury que, como hacen los huracanes, arras贸.

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